viernes, 30 de julio de 2010

Tu mirada

Entrar en tu mirada de niña tímida como arrastrando tus titubeos y los miedos, largos, suspirantes y permanentes. Entrar, digo lo que es entrar, eso era en realidad mentira. Que tus conocimientos nunca fueron míos porque detrás de una sonrisa había tristeza, esa infinita tristeza que te había dado tu breve tiempo, o era mucho, demasiado el pasear ensimismada en el desolado ardor de tus represiones.

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